Translate

miércoles, 23 de julio de 2014

Reflexiones

Por José Luis Miyashiro .
Hace un mes ya, que escribí unas reflexiones que fueron una forma de pensar en voz alta, dialogar conmigo, por medio del papel (virtual) que me ofrecía en esos momentos mi muro de Facebook.
Ahora, más calmado, y al volver a leer lo escrito, me pareció que si bien formo parte de una catarsis, también, creo a mi entender, no eran ideas inconexas, o fuera de lugar, sino que algún resquicio de verdad traían. 
Y como los muros del Facebook son tan activos, y los contenidos escritos el día anterior tan difíciles de encontrar, si es que por suerte lo llega uno a encontrar, es que me permiti, la osadía de pasar ese escrito aquí, e incluir algunas cosas más, y compartirlo con ustedes.
Así que sin más preámbulo, comparto con ustedes mis reflexiones.
Es sumamente curioso, que a lo largo de nuestra vida, vamos acumulando experiencias, conocimientos de todo tipo e índole, pero uno en especial que viene ligado indiscutiblemente al mismo hecho de nacer, que es el de la muerte, se evite tanto.
Y creo que es por esta misma razón, por la cual, se hace muy difícil enfrentarla,  a las personas que nos a tocado perder a un ser querido .
Muchas veces, el contacto cercano con una persona que fallece, hace en si, de la misma experiencia, un enfrentarse a un hecho, que sabiéndolo que es, y sucederá, se niega, con la infantil esperanza de creer que lo que no se ve deja de existir, por eso mismo trata de alejarse, por todos los medios de cualquier hecho que  tenga que ver con el tema.
Será por estas razones que mencione antes que nos cuesta tanto mirarla de frente y sin miedo, que vivimos tratando de estar de espaldas a ella, tratando inútilmente de correr.
La muerte de un ser querido, es el recordatorio, de que esta nos alcanzará indefectiblemente. Pocos hechos son tan contundentemente seguros que sucederán, como este hecho.
La pena surge cual fuego que te inunda, liberandose de la negación  por tanto tiempo sometido.
El dolor te atrapa y hay que dejarlo estar, sentirlo, expresarlo en forma de lágrimas, que surgen del fondo de tu corazón, limpiándolo, sosegandolo.
Luego vendrá la calma, la serena calma que te permitirá sentirte y sentir  al otro, y comprender el proceso.
Negar un hecho, resistirlo sólo trae el efecto contrario, persiste, se agazapa, para poder saltar y asaltarnos en el momento menos pensado. 
Sentir la pérdida, vivir la pena y expresar esa emoción, hace que paulatinamente podamos superar y asimilarla. Aquí surge una palabra de vital importancia: Aceptación . Una vez que lo hacemos, nos alineamos al ritmo de la vida nuevamente, dejamos de luchar y empezamos nuevamente a vivir.
Un abrazo amigos y hasta la próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario