Translate

sábado, 5 de noviembre de 2011

Conversando acerca de la muerte.

POR SONY
Hace unos días conversando de diversas cosas, salió a colación el tema de la muerte.
Según mi amigo hasta el momento no le había tocado tener una experiencia de pérdida de algún conocido cercano ni mucho menos un familiar, pues las veces que habían ocurrido,  el estaba muy pequeño  por la cual no lo recordaba.

Yo por mi parte sí que había tenido ya conocimiento de ese tipo de trance, y que fue entonces que vino a mi mente, el primer encuentro que tuve con esa "señora que siempre llega.  Podrá postergar su llegada muchas veces, pero es inevitable tener que encontrarla".

Contaba 13 años más o menos, cuando una amiguita con la que montaba bicicleta, o mejor dicho, una amiguita a la cual yo paseaba en mi bicicleta, pues ella no tenía y a mí me encantaba pasearla. Eran de esos primeros encuentros de niños que están explorando el dejar de serlo, pero con mucha ansiedad y a la misma vez ganas. Ella de la noche a la mañana dejo de aparecer. Después de indagar qué había sucedido con ella, me entere que un fin de semana que fue a la playa, se ahogo. Al enterarme quede consternado, no podía creerlo y lo que es peor no supe qué hacer...

La segunda vez fue la perdida de mi oba (abuelita), que como imaginaran me engreía muchísimo, como hacen generalmente las abuelas (pues ahora que soy padre, mi madre es la encargada de engreír a sus nietos). Con ella obviamente fue un proceso más largo y doloroso, pues falleció de cáncer, enfermedad que se la fue llevando de a pocos. Ella tenía terror a esa enfermedad, y nunca supo que es lo que tenia, pues le ocultaron en todo momento lo que la aquejaba, cosa que para mí siempre ha estado mal, pues creo desde mi modesto punto de vista que la única persona que tiene derecho a hacer lo que quiera con el resto de vida que le quede es el enfermo, y que si bien nunca se lo dijeron ella siempre estuvo con ese temor, temor comprensible ante lo desconocido.

Y la huella más fresca es la muerte de mi padre, hace 3 años y al igual que mi oba, fue el cáncer la enfermedad encargada de llevarlo a la cita con esa señora de negro. Arriba mencione mi desacuerdo de ocultarle el diagnostico a una persona enferma por más terrible que este sea, es más, si más terrible con mayor razón tiene derecho a saberlo. Como es lógico en un primer momento la persona negara eso que le está ocurriendo, luego pasara probablemente a expresar esa frustración "de porque a él", y al final vendrá la aceptación, y es en este momento donde la persona se hace cargo de su vida, y "administra" ese tiempo que queda. Ese fue el caso de mi papa, utilizo el tiempo que le quedaba en hacer lo que quería y como lo quería.

De toda esta "experiencia en el asunto" puedo rescatar que siempre es necesario llevar un "periodo de duelo", es decir que es normal estar triste por una perdida, expresarlo, llorarlo, por el tiempo que sea conveniente, obviamente no por siempre.

Y que si bien la muerte se lleva la parte física de las personas que nos importan, ellas siguen vivas en nuestros recuerdos. No recordaba por ejemplo a mi pequeña amiga, pero al tocar el tema, su recuerdo salto a pesar de todo ese tiempo sin siquiera nombrarla o creí yo no recordarla.

Sera por eso que concuerdo con eso que dicen por ahí "que las personas siempre estarán vivas mientras las recordemos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario