Translate

miércoles, 5 de octubre de 2011

Cavilaciones mundanas sobre la educación, la política y lo político del grito de dolores

Por: Eduardo Infantes Santillán

Comparto con ustedes este video expresivo, dramático en su contenido, muy significativo; de ser visionado, quizás nos lleve a una sentida reflexión. http://www.tu.tv/videos/el-grito-de-dolores

Expresa las razones por las cuales estoy convencido que hacer política con dignidad, nos obliga a tomar una decisión y acción militante para cambiar la sociedad.

Necesitamos de un espacio distinto, diferente; una organización superior, que nos permita tener el poder de cambiar las estructuras de injusticia que durante años persisten por nuestra inacción, abstencionismo; por nuestro humano interés del desarrollo personal y la postergación del bien común o, quizás, porque solo nos quedamos en la denuncia aislada.

Sin embargo, creo que el cambio personal, es lo primero que humildemente debemos intentar hacer nosotros en cada uno de nuestros hermosos días.

Un nuevo día nos invita a un nuevo cambio. El aliento que brinda un amanecer gélido o el de un sol brillante en la mañana, nos inspira a hacer grandes o pequeñas cosas por las almas encantadas (o endemoniadas) de cada uno de los “perversos” y “frágiles jóvenes” con quienes nos relacionamos: los estudiantes.

Muchas veces nosotros -los docentes- somos los perversos y frágiles hombres y mujeres que al no hacer empatía con la infinidad de frustraciones con las que conviven hoy los jóvenes descuidamos los detalles, las cosas sencillas, los gestos y desconsuelos que detrás de aparentes sonrisas o inmaduros actos esconden sentidas penas, carencias afectivas, resentimientos y ausencias significativas.

Debo aclarar que no es condición universal del docente hacer sintonía con los estudiantes en su problemática de su ser. Tampoco es objetivo de la Pedagogía. Para ello existen otras nobles disciplinas y profesionales especializados. Sin embargo, estimo prudente y necesario, que el docente tenga el ojo del observador, esa capacidad de entender los meta mensajes, las vicisitudes humanas; sensible a lo humano, a lo que otro humano está sintiendo y no le permite aprender o lo más elemental, atender.

Los monstruos internos -con los cuales nosotros también convivimos- son los que debemos lidiar cada día. Detrás de una inconducta, un agravio, una ofensa hay una protesta escondida que se expresa ante la cultura y la educación del: NO hagas, no opines, no discrepes; solo asiente y copia fiel lo que aprendes.

Algunas veces, sin darnos cuenta, nos dejamos llevar por nuestras frustraciones. No las controlamos y agredimos a nuestros semejantes. Admito que esta afirmación es debatible, no pretende ser una defensa absurda e interesada de la pléyade ilustre de desconocidos que hoy educamos; pero es una invitación al diálogo y la reflexión.

Como docentes en educación superior estamos llamados a ser facilitadores del conocimiento. Debemos insistir en ello de manera constante, perseverar, generar la duda, cuestionar las verdades absolutas, escuchar las voces discrepantes, promover la lectura de los clásicos, incentivar el espíritu científico, romper paradigmas, ser tolerantes, respetuosos de la opinión del otro, aprender de nuestros errores y sobre todo valorar los aciertos de quienes educamos.

Si lo hacemos con pasión, lo haremos bien. Asumirlo por obligación nos limita al deber. Quedarnos solo en la postura o pose academicista nos limita. Sería interesante una reflexión profunda del discurso de Mario Vargas Llosa al respecto. Humano, sensible, sencillo, reflexión sobre sí mismo, una mirada interior, una introspección siempre es bienvenida si es para crecer y mejorar.

Debemos intentar mirarnos hacia nosotros mismos. No solo para ser mejores personas (algo que se está volviendo trillado) si no porque cuando educamos somos modelos, pero sobre todo presentamos modelos a seguir, cuestionar, comparar, discrepar, disentir, criticar.

No termino de entender si existe el consenso que es la educación, la ciencia y la tecnología la que cambiará el país porqué son tan mezquinas las partidas presupuestales, no solo en el estado; sino incluso, en las propias universidades donde la razón de ser, para distinguirse o presagiarse de ser la academia, se debe fomentar y facilitar su desarrollo en la praxis del docente investigador.

En los diálogos de Sócrates y Menón (Menón, o de la virtud) Sócrates dice:

Ahora bien, hemos encontrado dos cosas tan solo que fueran capaces de guiarnos bien: la opinión verdadera y la ciencia; con ellas el hombre se dirige bien. Porque, respecto de lo que procede del azar, la dirección del hombre no tiene nada que ver en ello, y respecto de todo lo que implica la dirección humana, no hay más que dos guías que lleven al bien: la opinión verdadera y la ciencia. (p.439)

Termino mis cavilaciones sin sentido, convencido que aun es válido soñar; no pretendo ni es mi intención pensar que la opinión vertida es verdadera, absoluta o incuestionable. Menos aun científica, como de manera brillante lo sugiere Sócrates a Meneón. Sin embargo, es necesario, urgente e impostergable: repensar el Perú, la educación y sobre todo nuestro rol como docentes, en este gran cambio.



El rocío, la brisa fresca, el perfume tenue de las pocas rosas de una Lima debe imponerse al: cemento, el cielo gris, la relación indolente, indiferente; todo ello estimo y más, debemos cambiar.


Eduardo Infantes Santillán



Cualquier parecido del video y el grito de Dolores con nuestra realidad, es solo coincidencia.



Todo hombre no embrutecido por el egoísmo puede vivir, todas las patrias.


José María Arguedas

Les dejamos el link para que puedan visitar el blog de nuestro querido amigo Lic. Eduardo Infantes  aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario