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jueves, 1 de diciembre de 2011

Concierto de Peter Frampton

Concierto de Peter Frampton
24 de Noviembre 2011
Iván A. Ballón Carranza
Y allí estaba.
El legendario Peter Frampton. A solo 2 metros de distancia de mi existencia. A dos metros de toda aquella humanidad que al igual que yo querían revivir su propia historia con la música.
Leyenda viviente que hizo remover los escombros y cimientos más profundos de los corazones de millones de personas en el mundo entero.
Peter Frampton es un virtuoso de la guitarra. Ya a los 16 años hizo historia en Kent, Inglaterra y a los 25 daba conciertos multitudinales de los que proviene la famosa foto de él con su guitarra y sus cabellos largos rubios y enrulados que tumbó a más de una fémina.
Ahora, a sus 61 años de edad, aún mantiene una agilidad impresionante en los dedos y una energía envidiable para dar un concierto que duró 3 horas. Tocó con la misma guitarra que lo llevó a la fama y observé la maestría y dominio que tiene sobre la misma.
Observándolo sentí ganas de subir al escenario y agradecerle por esos momentos que me hizo vivir de adolescente y a través de los años, por haberme ayudado con sus canciones a conquistar a más de una inocente que sucumbió rendida ante el romanticismo de su música y claro.. de mis encantos, por haberme inspirado a tocar impecablemente y sin errores la guitarra imaginaria de aire; por haberme hecho sentir una versión peruana de Pedro Frampton, con mi voz pura, fina, modulada y en Inglés totalmente fonético y sin acento indio; por haberme transportado durante años a aquellas épocas de los años 70 en las que también las chicas iban a esas fiestas a oscuras esperando que el chico de sus sueños se le declare o les pidan al oído durante un "Baby I Love your way" ¿te gustaría ser mi enamorada? Pero ellas en vez de contestar un "SI" se hacían las diforzadas y soltaban el clásico "Voy a pensarlo". Y cuando el chico no se declaraba, ellas ponían cara de odio y esperaban el final de la fiesta para insultar al maldito.
Quería contarle a Peter en solo unos segundos que mi táctica no era de las mejores:
“Salía de mi casa con mi propio perfume porque el Aftershave de mi papá que usé solo una vez confundía a algunas vecinas que, pensando que quien se acercaba con ese perfume tan característico era mi papá, me decían cosas que por respeto no puedo repetir. Una vez ya en la fiesta, le pedía al DJ que ponga esa canción solo cuando yo esté cerca de la víctima, pero por la oscuridad y multitud, esa sincronización nunca funcionaba. A los primeros acordes de tu canción, mi presa ya estaba en las garras de otro. Al igual que yo, muchos con la misma táctica querían linchar al DJ.”
“En esa época, las fiestas terminaban abruptamente cuando la dueña de la casa apagaba el aparato de música y encendía las luces. Todos los invitados cegados por la luz semicerraban los ojos y abandonaban el recinto cabizbajos a paso de proseción como sintiendo vergüenza de mostrar la cara. Yo me paraba en la salida para ver a las despeinadas y más de una vez pasó cerca de mí alguna chica descorazonada que elevando la mirada me dijera “Idiota”, dándome a entender que hasta hacía unos minutos, yo era su amor platónico.”
Imaginé que también le contaba a Peter que en casa de mi amor platónico, mi suegra de turno tenía otra estrategia: “Cuando la sincronización si funcionaba y yo estaba bailando con su hija depositada en mis brazos y a punto de decirle ¿Te gustaría…? precisamente en ese momento se encendía la luz frustrando mi intento número 2,345 de reconquista. Si, Peter. No te diré su nombre original, solo la llamaremos Doña Chabela. Con el dedo en el interruptor preguntaba a todos “¿Quieren Carapulcra?” y tu canción aún no había terminado Peter.
Peter, solo para tu conocimiento, la Carapulcra es un plato ancestral pre-incaico del Perú basado en papa seca que se saboreaba en los Andes hace miles de años antes de inventarse el Mc Donald’s.
¡Imagínate esa combinación Peter!
En muchas oportunidades tuve que comer Carapulcra con “Baby I Love your way” como música de fondo.
Qué pena Peter que no te traje un poquito de Carapulcra para que pruebes. La verdad es que no sabía que alguna vez en mi vida iba a estar frente a ti”
Al final no subí al escenario. Imginé que si le hubiera dicho todo eso, é me hubiera mirado extrañado y hubiera preguntado:
“¿Qué carrajo serr Carrapulcrra? Yo no entenderr que tu hablando”.
Por eso solo admiré al artista desde mi lugar para mortales comunes. Le tomé algunas fotografías y logré hacer alguna modesta filmación de su actuación, solo para no olvidar ese capítulo de mi vida.
Iván A. Ballón. Carranza
Baby I Love your way


Show me the way


Solo de Guitarra.. a solo 2 metros de distancia


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