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viernes, 18 de marzo de 2011

HACE UNA SEMANA YA

POR SONY

Hace ya una semana del sismo que remeció este país al cual migre hace ya más de 15 años. El tiempo a pasado como en una especie de sueño, es más, mas que sueño como dentro de un mal sueño el cual tengo la sensación voy a despertar y aun no sucede. Sera por eso que a pasado tanto tiempo y no me animaba a escribir.

Estas líneas son mi percepción, muy personal y por ende puede o no coincidir con el resto de post de los muchos que han aparecido.

De cómo sucedieron los hechos... Que fue un sismo muy, pero muy fuerte, que, me asuste muchísimo y que no me percate de nada hasta que un amigo me llamaba a voz en cuello, pues yo estaba montado en mi forklift (montacargas) y no fue hasta que baje de él, que en un primer momento no comprendía porque no podía mantener el equilibrio. Mirar hacia arriba y ver las luces balanceándose con fuerza, y al querer correr hacia él, no poder hacerlo, pues el piso se movía de un lado a otro y de arriba a abajo.
Coger el teléfono móvil inmediatamente pensando en mis hijos, mi esposa, mi  madre y comprender con terror que las líneas estaban colapsadas. Y poder hacerlo luego más calmado por medio del skype, pues lo único que seguía en pie era la Internet.

Se que a cada uno de nosotros nos toco vivirlo, y cada quien tiene sus recuerdos.
De ese momento hasta ahora, como dicen, ha corrido mucha agua bajo el río. Si pensábamos que el sismo era malo, el tsunami y lo de la planta nuclear de Fukushima, termino de ponernos los pelos de punta a más de uno.

Pero lo que más incomodidad me ha dado ha sido la cantidad de información o mejor dicho desinformación que ha abundado, y obviamente el temor que a surgido en muchas de las personas que viven con nosotros en este país, pues los familiares que tenemos en Perú al verse inundados con esos registros se angustian y empiezan a pedir que regresemos, a que estamos esperando, y es que solo pueden ver lo que les llega de esos señores que se supone están para INFORMAR.

Y lo que es más importante aún,  nosotros lo vivimos, no nos lo contaron, y lo seguiremos viviendo, pues DECIDIMOS quedarnos. Y decidimos en MAYÚSCULAS pues es eso, cada quien con su decisión, no se trata de ser mejor o peor, es solo eso.

Pero además de soltar todos esos sentimientos reprimidos, lo que motivan estas líneas es el resaltar la fuerza de este pueblo, la entrega de esas personas que están haciendo el trabajo denodado por alejar el peligro de todos nosotros en la planta de Fukushima, del vecino en la cola por conseguir el arroz, que pacientemente y sin desesperación está aguardando, o de la persona que está delante o detrás esperando su turno para poder llenar el tanque de gasolina de su vehículo. O del comentario que me hacia un japonés, compañero de la fabrica "está haciendo frío, pero ya va a empezar a calentar. Este verano va a ser fuerte, pues no vamos a prender el aire acondicionado para cooperar con el ahorro de la luz".

No he visto ni siquiera indicios de que la gente este corriendo por conseguir los alimentos, que si bien es cierto escasearon en un primer momento, día a día se va normalizando. Tampoco empujones, ni mucho menos saqueos.

Veo si, un pueblo dolido, golpeado por la naturaleza, pero que está más unido que nunca, que piensa solo en los que están en esas zonas donde la desgracia se ha asentado, pero no por mucho tiempo, pues tengo la seguridad que todos juntos saldremos adelante, y digo todos pues yo también soy parte de este país.

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