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domingo, 13 de febrero de 2011

AY LA HISTORIA!

POR IVAN BALLON

Ayer quedé perplejo con la noticia lanzada por científicos acerca del prestigiado cuadro “La Mona Lisa” también conocido como “La Gioconda” de Leonardo Da Vinci.

Durante un par de siglos se ha creído que la obra era el retrato de Lisa Gherardini quien se casara con Francesco Giocondo. La denominación Mona proviene de Madonna que significa (Nuestra) Señora y Giocondo significa alegre. “Mujer Alegre” y no de vida alegre, callejera, mundana o ramera como le dirían en mi país.

Hasta allí llegaba mi ciencia, hasta que llegaron los científicos Dra. Francesca Coccinelli (que hasta hace 3 meses se llamaba Paolo) y Dr. Broccolli Crudini que afirman que el retrato no es de ninguna Lisa, de ninguna mona, de ninguna mona alegre ni mucho menos de una mona ramera. Ellos afirman además que el retrato es del joven “amante” secreto de Don Leonardo.

No solo anuncian que La Gioconda no es la Gioconda sino que también que Don Leonardo era homosexual. La verdad es que no sé cómo han descubierto eso. Así Don Leo hubiera pintado el retrato de algún joven, no implica que el gran maestro se haya pintado los labios de carmín y haya usado zapatos de tacon mientras todos dormian. Que lo haya sido o no, no me parece en lo absoluto relevante. Lo que me asombra es que la ciencia haya llegado a determinar que a Don Leo le gustaban losssss chicosssssss.

No es la primera vez que las biografías o la historia son re-escritas. Durante siglos se pensó que Judas Iscariote traicionó a Jesús hasta que se descubrió que Jesús le pidió a Judas en Arameo que no lo niegue y que lo haga conocer. Al momento de traducir del Arameo a las miles de lenguas en que se escribió la Biblia, sentenciaron de por vida a Judas.

He escuchado miles de nombres: Jesúses, Marías, Magdalenas, Josés, Pablos, Rocíos, Domingas, Claras, Elenas, Anas, Cheos, Rubenes, Willis, Celias, Hectors, Panchos etc.

Nunca conocí a ninguno que se llame Judas. Solo escuché algo parecido, pero no era Judas sino “No Jodas”, y me lo dijo un curita durante la primera y última vez que me tuve que confesar por obligación y le inventé que no podía apartar los ojos del escote de mi profesora. “La Miss Carlota”. Habrá que purificar el nombre “Judas”.

Los que tradujeron la Biblia eran humanos y por ende vulnerables a errar o escribir su propia interpretación. Prueba de ello está en aquel pasaje en Corintios 28 capítulo 13 versículos del 14 al 18 “...Y a las puertas del cielo, San Pedro le pregunta el nombre al anciano ciego recién llegado. Y sin casi memoria, el anciano solo se acordaba de que en vida fue carpintero. San Pedro sin dudar llamó a Jesús y juntos bombardearon de preguntas al anciano. El anciano solo sabía que fue carpintero y que su hijo fue muy famoso y amado por hombres, mujeres y niños de todas partes del mundo y su historia se tradujo en miles de lenguas e incluso su imagen es algo que aún conmueve. Jesús convencido, extendió los brazos y llorando exclamó “¡¡Padre Mio!!”
A lo que el anciano respondió “¡¡ Pinocho !!”. Es palabra del Señor.

Hay que tener cuidado de tanto científico. No vaya a ser que salgan con barbaridades o mentiras absurdas como que la Madre Teresa tenía amante, Los Incas, Mayas y Aztecas eran macho-menos, ni menos-machos o que en verdad José cumplió su papel de macho y no un arcángel.

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