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sábado, 8 de enero de 2011

La rosa y la piedra

Por: Teru
Una mujer le dice a su esposo mira aquella hermosa rosa y el responde: ¿cuál rosa? Mirando las espinas. Esto lo leí en la Web hace un tiempo atrás, me hizo entender de las variantes formas de ver las cosas, sobre como ver la vida de la mejor manera posible.
Hace un tiempo atrás estaba sumamente estresado, no conciliaba la forma mía de vivir, no era feliz con mi vida, algo no estaba bien, todo me parecía aburrido y nada tenía valor. Pensé que vivir en Perú o en Japón o en cualquier del mundo no me devolvería mi felicidad, porque vivíamos en un mundo errado, desde las formas en como lo gobiernan y hasta en cómo la gente acepta vivir sabiéndolo. Ni siquiera me aguantaba, ni yo mismo me aguantaba y mucho menos a otras personas, felizmente vivía solo y hasta eso detestaba, vivir solo.
Al leer eso Webbeando por la Web, no le tome importancia, hasta que salí a dar vueltas con el auto, llegue a un lago por cosas del destino (Me paro perdiendo siempre), salí del auto y cerrando los ojos, respire hondo y al abrirlos vi una piedra, una enorme piedra. Vi que no se movía, que no tenía vida y aun así estaba en ese espacio y tiempo decorando el lugar. Estaba frente a mí, El (piedra o El, en esos momentos lo vi como un ser, sin vida pero un ser, Ustedes me entienden) y medité. Si te cambio de lugar, cambiamos mi aburrida vida por la tuya ósea te doy mi cuerpo y tu el mío ¿Qué harías?, Imagine a primera instancia a la piedra en mi saltar de alegría, corriendo por todo el prado que acompaña la laguna, bañarse en el rio, luego ir a trabajar contento, hablar con las demás personas, reír, llorar y sobretodo amar y agradecer.
Si, amar y agradecer a la tierra y disfrutar de ella, porque él ya no está inerte, se puede mover por donde se le plazca, volar en un parapente si lo desea y despegar sus pies del suelo y ver como una grulla ve al mundo, correr como un alce por los campos y subir a los arboles como lo hacen los monos, saltar en un paracaídas desde lo más alto del cielo y caer como un meteoro hasta tirar el cordón y contemplar la tierra como un hogar, como un lecho hecho para todos y querer abrazar la tierra estirando sus brazos. Me corregí diciéndole a la piedra: ¿Qué harías? Perdón ¿Qué no harías? Me eche a correr como un niño en ese prado, gritando con todas mis fuerzas, reí y llore por mi estúpida forma de ver la vida y de ver como desperdiciaba tiempo precioso quejándome de ella.   
Me di cuenta que estaba viendo las espinas y no los hermosos pétalos de la rosa, me di cuenta que muchas personas no tienen la vida cómoda que llevo. No me considero rico, pero tengo agua caliente con que bañarme, tengo una heladera que siempre está llena, tengo salud, todo mi organismo está en buen funcionamiento, tengo personas que me quieren, que me aman por ser lo que soy y lo mejor de esto es que yo los amo y amar es maravilloso; honestamente tengo buenos amigos.
Tengo lo suficiente como para vivir agradecido. Hoy agradezco por cada cosa que tengo, agradezco hasta por cada problema que se me presenta para poder usar mi inteligencia, por este invierno, porque de esa manera siento frio y es una señal que mi cuerpo está bien, agradezco hasta por la fatiga en el trabajo porque sé que di lo mejor de mí, agradezco hasta de las personas que echo de menos porque sé que mi corazón es sincero, agradezco por cada aliento que tomo y agradeceré hasta mi último suspiro, hasta cuando Dios decida llevarme a su Reino.
La vida si la vez desde un punto de vista donde tan solo respirar y sentir es maravilloso, todo automáticamente todo cambiara, la piedra me enseño a amar y a agradecer. Siempre cuento la historia de la piedra y me creen loco, recuerdo aquel día en donde mi vida cambió tan solo por leer sobre la perspectiva de ver una rosa, cuando miraba sus espinas en vez de su belleza.
Un abrazo para todos.
Teru 

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