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jueves, 20 de enero de 2011

MOCHI, Delicia tradicional del Japón

Por : Yván Ramírez Rodríguez
Es un pastel, una bola elástica, una masa de arroz cocido con  aroma y sabor. Se prepara artesanalmente, como se hacía hace miles de años atrás. Se dice de que los antiguos guerreros samurais lo llevaban consigo en sus campañas bélicas. Pero no sólo aquí en Japón es posible verlo, también en el resto de paises asiáticos. Fué desde la antigua China de donde se irradió . En esta época moderna por cierto, hay todo tipo de máquina para fabricarlo en serie , secarlo y trozarlo en cubos, con un sabor uniforme, y venderlo en grandes cantidades antes y después que ha llegado un año nuevo.
Pero en el caso del mochi preparado manualmente, y utilizando sólo un mortero de piedra o madera (usu) y una comba de madera(kine), el sabor no sólo es  totalmente distinto, sinó que constituye un acto religioso. Aquí en Japón como sabemos, el arroz es considerado un alimento valioso y es utilizado muchas veces como ofrenda a los dioses. Su origen está en las ofrendas que se hacían a las deidades shintoistas.

Según la tradición SHINTO -dice la historia-, cada grano de arroz simboliza  a un alma o tamashi y es así que el mochi representa a millones de estas almas. Se cree que las personas que participan en la elaboración del mochi, tienen la oportunidad de agradecer a los dioses o kamis y también reflexionar sobre los acontecimientos del año pasado.
 La gente se congrega ( el mochitsuki) y todos toman parte en su preparación. Esto comienza  el dia anterior con la limpieza del mochigome (arroz sin cáscara), que se deja en remojo toda la noche. A la mañana se hierve hasta que quede muy pegajoso y entonces es cuando empieza el proceso más llamativo y espectacular.
 Se  coloca el arroz glutinoso en un gran mortero (USU) para "molerlo"  a golpe de una comba de madera (KINE), mientras es volteado después de cada martilleo. La masa tiene que alcanzar una elasticidad tal , y cuando se vuelve gomosa e imposile de manipular ,se pasa a retirarla del mortero y llevarla a un recipiente en donde las manos, se encargan del resto.
En ese recipiente es donde, para obtener las bolitas, primero se le "baña" en una especie de harina parecida al chuño o maizena en la versión peruana, pero que aquí se le conoce como "katakurico", por ser harina de papa. Sólo así es posible manipular la masa y obtener las bolitas trabajadas con las manos, y ,que al momento de degustarlo, se le siente tan suave e inigualable a cualquier  manjar, y algo tibio todavía por ese proceso tan natural  con que ha sido elaborado.
El mochi al estilo tradicional, se prepara una sola vez al año y en cualquiera de los dias previos a la llegada del año nuevo,y también en los dias Enero del año nuevo.

EL "MOCHITSUKI" es todo un rito de confraternidad  religiosa de los vecinos de cualquier barrio . Todos  participan dle preparado y degustan y lo "asientan" con el sake  o  cerveza. También, en algunos supermercados, dias antes se anuncia de su preparación, y entonces todos esperan ese momento que dura algunas horas pues se agota rápido.
 
Hoy estamos en la puerta de un supermercado en donde presenciamos al mochi en dos sabores. Una masa de color verde dara nacimiento a los YOMOGIMOCHI ( las hojas de algunas plantas aromáticas le dan esa coloración). Luego también apreciamos en la mesa de trabajo, una cantidad de bolas de color marrón oscuro. Estas son de una masa de "anko", que es un grano parecido al frejol que luego de ser sancochado fué mezclado con azúcar. Su sabor así es dulce, y entonces se toma una bolita de ella y se le coloca al centro de la bolita blanca y pasa a llamarse ANKOMOCHI. Es el más delicioso y el preferido por los niños. Nuestro modelo del  momento, Miyagi Kun, no se hizo problema en posar para nuestro lente mientras lo saboreaba junto a su hermana Yoshiko Shan. También pudimos apreciar el SHIROMOCHI, es decir el mochi de arrozo puro, de color blanco .
 Hoy tuvimos suerte al enterarnos de dos lugares más en donde se estaba preparando el mochi y allí fuimos para no perdernos  tan valiosa oportunidad.

LLegamos al  segundo lugar , un barrio en donde pudimos ser testigos del preparado del SAKURAEBIMOCHI.  Antes de ser colocado en el USU ,  la masa blanca era mezclada con pétalos de flor de sakura y ebi (camarones bebés). Así entonces, el resultado sería una masa "pinku" o rosada intensa. Sin embargo no fué todo, otro tipo de mochi  ya casi se había casi agotado. Felizmente nuestra presencia fué bién recibida y nos invitaron a probar el MIKANMOCHI , y para esto se vertió la pulpa de la mandarina y la cáscara rayada en la masa, para luego ir al TSUKU  o machacado.  Y cuando llegó el momento de probarlo no fué difícil elegir a este tipo de mochi por su aroma delicioso. Allí terminó y disculpándonos nos retiramos  para dirigirnos al tercer escenario.
 
En este lugar es donde pudimos ver a las ancianas japonesas transmitiendo  su experiencia a un grupo de niñas que  seguían paso a paso  las enseñanzas en este preparado del mochi. Había una diferencia respecto a las  dos primeras, aquí las ancianas manejaban una pequeña máquina para cortar la masa y obtener así  los  trozos pequeños redondos. También  presenciamos a los padres enseñándole  a sus hijos pequeños,  la manera correcta del  manejo del KINE. Sin embargo, lo más gratificante fué el ser nuevamente invitados por los presentes, para ejecutar los golpes o martillazos con el KINE . Había sido nuestra segunda oportunidad y terminamos más que felices de esta experiencia vivida.
 
REFLEXIONES AL FILO DE LA MADRUGADA
 
Termino estas líneas como siempre, de madrugada. Pero la recompensa de hacerlo es saber de que  todo lo trabajado , despertará más interés para familiarizarnos con la cultura de este país,  e incorporar así sus códigos mas importantes a nuestras vidas.
Japón es un país con alma, o mejor dicho, con cultura propia, milenaria y viva como lo tenemos allá en nuestros países . 
Y esto que hemos visto hoy, es apenas una muestra que fundamenta la esencia de una cultura, la esencia de la forma de vida de los japoneses, y la fuerza de su religión  que  los hace vivir en armonía con la naturaleza. Hay que subrrayarlo, sí, en armonía venerándola y cuidando de ella,  no sólo rezando a sus dioses, sino haciendo prevalecer leyes que se cumplen para protegerla. ¡Imagínese usted mi amigo internauta o virtual!...¿cuanto ganaría la humanidad entera se cuidara a la naturaleza como lo hacen los japoneses?. Mucho, muchísimo y seguramente no tendríamos al planeta en vias de destrucción irreversible de sus recursos naturales , o esa sombra negra terrorífica que se nos viene, por el calentamiento global y que terminará con la especie humana.
En todo este contexto entonces nos pregutamos ¿Es legítimo hacer apología de los valores de esta cultura japonesa?.La respuesta es una sola y no hay otra: Sí, y solo sí. 
Una pregunta final a mis amigos virtuales para que me ayuden a contestarla siempre en el contexto anterior : ¿Podrá en algún momento la religión católica tener esta fuerza que tiene la religión japonesa? 
 
Hoy mientras estuve golpeando con el KINE la masa de arroz, en cada golpe que daba, sentía que me llenaba  de una especie de energía transmitida por esa masa de arroz. Sentía  una vez más, tal vez por la emoción, como si estuviese equilibrando mi vida y despojándome de preocupaciones sin sentido .
 ¿ Y debemos enseñarles de todo esto a nuestros hijos ? Sí, y con ellos debemos estar en eventos de este tipo. Es una manera de que valoren la cultura de este país. Hacerlos participar, es una forma de buscar que afirmar en ellos, el amor por la naturaleza que tanto necesita el mundo entero en estos dias.



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