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jueves, 2 de diciembre de 2010

AUN SIGO ESPERANDO

POR SONY.


Cuando recién llegue a Japón una de las cosas que me llamaron la atención poderosamente fue la iluminación tan pobre que existía y aun existe en las calles de este país, obviamente no estoy hablando de Akihabara que esta llena de sus luces de neón, me refiero a la mayoría de lugares que a pesar de no estar tan alejados de la ciudad, tiene a las justas uno que otro poste de luz y obviamente se ve oscuro, y yo recién llegado  no podía dejar de tener cierto temor pues rememoraba nuestro querido Perú y pensaba  que nos podían  asaltar apenas dobláramos  la esquina. Pero uno termina acostumbrándose como a todo en esta vida, cierto?

Y ya que entramos en materia, uno viene con la idea que aquí no robaban,  verdad?
Pues a mi me toco la lotería... en el '89 la diversión de ese entonces era juntarse con los amigos con los que mejor te llevabas y te metías a los GAME, lugares donde podías ganar los peluches a cambio que insertaras una moneda en la maquina, si eras hábil, medias bien esa especie de gancho que baja sobre los peluches y  lograbas sacarlo. Saltabas y era uno mas que podías enviar a Perú o  lo guardabas para llevárselo a tu enamorada, esposa, hija(o) cualquiera que fuera el caso.

Pues en esa estaba, con mi tremenda bolsa, pero como me fastidiaba entrar al otro establecimiento con todo lo que había ganado, se me ocurrió (inocente yo, y confiado en que "en este país no roban"), que deje mi bolsa llena afuera en la bicicleta (porque en ese tiempo ni pensar siquiera en tener carro) y me metí a jugar confiado,  con mis amigos y pensando que saliendo de la tienda ya tendría dos bolsas pues  era bastante fácil sacarlos, no como ahora;  que mas fácil y barato te sale ir a la tienda y comprarlo, pues ya estos japonesitos se avivaron y la ponen mas tranca, que de seguro dejas  media billetera tratando de sacar uno.

Entonces contento con mi siguiente bolsa llena de muñecos salia del establecimiento y grande seria mi sorpresa al ver que en el lugar que había depositado mis peluches no había ni sombra. Osea se los habían llevado, como les decía al inicio, yo había sido el suertudo que le robaron aquí en Japón donde a todos nos decían que no robaban.

En ese tiempo era raro, ahora ya no tanto y tenemos que tener mas cuidado. Pero tengo tal suerte que la lotería no me toco una sino dos veces, si DOS.

Muchos años después tenia que llevar a mi hijo a sus clases de judo al taikukan (especie de multiusos, en los que hay varias salas en las cuales se dictan cursos de baile, judo, karate, etc.).  Venia de comprar un par de zapatillas adidas, que estaban de oferta. A penas terminamos de comprar y contento con la ganga que había obtenido, llegamos a casa, me las puse y fuimos mi hijo y yo a sus clases.

Como en la mayoría de sitios similares, al ingresar deje mis zapatillas recién compradas en el lugar que tienen dispuestos para este fin los  locales a la entrada y me puse las sandalias que llevaba para desplazarme dentro del recinto.Estuve viendo como realizaba su entrenamiento mi hijo y al termino del mismo salimos conversando amenamente cuando llego al lugar que se supone había dejado mis zapatillas y NO ESTABAN!!!
Busque y rebusque por todo el local, llame al personal del local y nada de nada.
Era la segunda vez en este país que salia sorteado!
Los señores del local,  muy amables me dijeron que apenas se enteraran de algo me avisarían. Como ustedes supondrán, aun sigo esperando...
Algunas costumbres ancestrales siguen siendo practica corriente aún en lugares 
públicos

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