Por: Teru
Cuando nos remontamos al pasado siempre fueron buenas épocas, siempre nos dicen: "Oye te acuerdas...que buenos tiempos!" o "Recuerdas cuando...esos tiempos ya no volverán!", nos olvidamos de lo malo, lo negativo lo enviamos a la Papelera de reciclaje, como que nuestras experiencias pasadas al momento de recordar nos olvidamos de algunos sentidos y algunas sensaciones, por ejemplo uno de ellos si hubo hambre o sed.
Recuerdo los campamentos en la playa que hacíamos por Semana Santa con mis amigos, muchos de nosotros solo llevábamos pasaje de ida y vuelta, unos tragos de a china (cincuenta céntimos) con una pasita incluida, una toalla y un condón por si acaso (siempre es más un por si acaso a que te ligue una chica).
Según nosotros lo llamábamos vacaciones pero pensándolo bien era el Vía Crucis, era una prueba de sobrevivencia, esos tres días de vacaciones en la playa Gallardo al sur de Lima se convertían para nosotros un campo de concentración y porque no decir que era estar en medio de la selva cuando el hambre y la sed agobia y ves a un grupo de personas haciendo una parrillada, el olor te convierte en un animal salvaje y actuábamos como una jauría de lobos hambrientos, hacíamos planes para poder comer, eso si jamás robamos, nos las ingeniábamos pidiendo, enamorando, mintiendo, hipnotizando pero ninguno de nosotros hurtó, también cazábamos muí muí para después cocinarlos en la fogata y dicho sea de paso son riquísimos y me imagino que deben de tener muchas vitaminas je,je.
Otro rollo era al medio día con el sol calentando la arena con toda su alma y nosotros deshidratados y sin tener un sol para comprar una gaseosa ir a los restaurantes a pedirles un vaso de agua y que generalmente por esos sitios de los grifos salen agua salada, era estar prácticamente en el desierto del Sahara é incluyendo la resaca de ese licor de a china de dudosa procedencia que por lo visto también estábamos intoxicados y que seguramente alucinábamos pero por las condiciones en las que sobrevivíamos nunca nos percatamos.
La memoria siempre nos trae los buenos recuerdos cuando vemos a una cara que hace mucho tiempo no vemos, es como que nos transporta, nos lleva a los lugares donde compartimos experiencias, las sensaciones desaparecen, las angustias, los dolores desaparecen, solo queda lo que nos quiere decir nuestro corazón, que la persona que está al frente a pesar de todo lo malo vivido fue bueno conocerla y que si Dios nos diera otra oportunidad de vivir, no cambiaríamos en nada nuestro pasado para poder pasar otra vez momentos con ellos. Por eso siempre dicen que todo lo pasado fue mejor...es porque nuestros sentidos desaparecen y solo queda lo que nos dice el corazón.
Gracias amigos, gracias por ser mis amigos, gracias por ser quienes son, gracias a todos ustedes que llenaron de experiencias y de momentos agradables a mis recuerdos. Gracias a ustedes por eso soy quien soy y en sus historias como yo las cuento sé que también estoy en ellas.
Un abrazo para todos ustedes. Teru
Cuando nos remontamos al pasado siempre fueron buenas épocas, siempre nos dicen: "Oye te acuerdas...que buenos tiempos!" o "Recuerdas cuando...esos tiempos ya no volverán!", nos olvidamos de lo malo, lo negativo lo enviamos a la Papelera de reciclaje, como que nuestras experiencias pasadas al momento de recordar nos olvidamos de algunos sentidos y algunas sensaciones, por ejemplo uno de ellos si hubo hambre o sed.
Recuerdo los campamentos en la playa que hacíamos por Semana Santa con mis amigos, muchos de nosotros solo llevábamos pasaje de ida y vuelta, unos tragos de a china (cincuenta céntimos) con una pasita incluida, una toalla y un condón por si acaso (siempre es más un por si acaso a que te ligue una chica).
Según nosotros lo llamábamos vacaciones pero pensándolo bien era el Vía Crucis, era una prueba de sobrevivencia, esos tres días de vacaciones en la playa Gallardo al sur de Lima se convertían para nosotros un campo de concentración y porque no decir que era estar en medio de la selva cuando el hambre y la sed agobia y ves a un grupo de personas haciendo una parrillada, el olor te convierte en un animal salvaje y actuábamos como una jauría de lobos hambrientos, hacíamos planes para poder comer, eso si jamás robamos, nos las ingeniábamos pidiendo, enamorando, mintiendo, hipnotizando pero ninguno de nosotros hurtó, también cazábamos muí muí para después cocinarlos en la fogata y dicho sea de paso son riquísimos y me imagino que deben de tener muchas vitaminas je,je.
Otro rollo era al medio día con el sol calentando la arena con toda su alma y nosotros deshidratados y sin tener un sol para comprar una gaseosa ir a los restaurantes a pedirles un vaso de agua y que generalmente por esos sitios de los grifos salen agua salada, era estar prácticamente en el desierto del Sahara é incluyendo la resaca de ese licor de a china de dudosa procedencia que por lo visto también estábamos intoxicados y que seguramente alucinábamos pero por las condiciones en las que sobrevivíamos nunca nos percatamos.
La memoria siempre nos trae los buenos recuerdos cuando vemos a una cara que hace mucho tiempo no vemos, es como que nos transporta, nos lleva a los lugares donde compartimos experiencias, las sensaciones desaparecen, las angustias, los dolores desaparecen, solo queda lo que nos quiere decir nuestro corazón, que la persona que está al frente a pesar de todo lo malo vivido fue bueno conocerla y que si Dios nos diera otra oportunidad de vivir, no cambiaríamos en nada nuestro pasado para poder pasar otra vez momentos con ellos. Por eso siempre dicen que todo lo pasado fue mejor...es porque nuestros sentidos desaparecen y solo queda lo que nos dice el corazón.
Gracias amigos, gracias por ser mis amigos, gracias por ser quienes son, gracias a todos ustedes que llenaron de experiencias y de momentos agradables a mis recuerdos. Gracias a ustedes por eso soy quien soy y en sus historias como yo las cuento sé que también estoy en ellas.
Un abrazo para todos ustedes. Teru
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