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sábado, 4 de diciembre de 2010

La recesión y otros paquetazos mas


Por: Teru
Hace unos años, trabajando tranquilamente una mañana nos dijeron que íbamos a tener una reunión, recuerdo que ya estábamos avisados por las noticias y por las fabricas vecinas que estaban haciendo recorte de personal, recuerdo el nudo en la garganta de muchos de nosotros en ese momento porque no sabíamos que iba a ser de nosotros. Era seria la cosa, muchos estaban pagando sus casas en Japón y otros en sus país, recuerdo, que un frió en el estomago recorría por nuestras entrañas, eran los tiempos de las vacas flacas, era la Recesión.

Después de la reunión todos estábamos desilusionados por lo que estaba pasando por todo el planeta, Japón inyectaba millones de dolares a los Bancos Norteamericanos para que no quiebren pero fue en vano, el mito del sistema capitalista fue un cuento mas, todo se derrumbo. A los días ya estaban escritos en una lista los nombres de los primeros en ser despedidos, y así consecutivamente una vez por semana un grupo de personas eran despedidas, a los Japoneses prácticamente se les obligó a jubilarse antes de tiempo, cada semana era una tortura porque no sabíamos los pocos que quedamos hasta cuando íbamos a seguir en el trabajo.

Recuerdo que muchos retornaban a su país sobretodo los Brasileros, ellos se acogieron a la ayuda ofrecida por el ministerio del trabajo, renunciando a su visa o a su residencia, para ellos era el fin del mundo y ya no había esperanza alguna para considerar quedarse un tiempo mas en este archipiélago en que alguna vez nos contaron que brotaba dinero de todos lados y que era fácil llenarse los bolsillos de dinero. 

              Una fría mañana de diciembre, como todos los días, nos reuníamos para informarnos sobre la producción y los problemas cotidianos del trabajo y recuerdo que esta vez agregaron diciendo que un ultimo grupo iba a ser despedidos, yo estaba mas estresado por la lista de despidos que por la rutina del trabajo, para la hora de salida la mayoría de los pocos últimos que quedábamos estábamos despedidos.

         Nos dieron un mes mas de trabajo porque así dicta la ley y nos acogieron al seguro de desempleo para poder cobrar por varios meses un sueldo, que para que, no me hizo rico pero me sirvió de mucho, recuerdo los días que buscaba trabajo muchos extranjeros estaban desesperados pero los peruanos no, claro estaban preocupados pero no desesperados, no era para ellos el fin del mundo, los tiempos del apocalipsis , para ellos Dios aún no iba a sacar su libro y juzgarnos por nuestros actos. No me considero un buen observador pero sin ser un experto automáticamente evalué que era porque eramos un pueblo acostumbrados a todo tipo de desastres económicos, acostumbrados en cada gobierno que vivió todas estas personas era un desastre tras otro.  Entendí que si no se desesperaban era porque era una generación que había vivido resignada a tener este tipo de problemas financieros y que claro incomoda no poder ahorrar pero no es el fin, lo tomamos mas a la ligera porque sabemos que después de un final comienza otra historia como lo experimentábamos en el Perú cada 5 años rezándole a Dios para que en cada cambio no se lleven el dinero para que el que entre a gobernar tenga un dinero para poder hacer crecer la economía, cosa que nunca fue así, siempre la misma historia. 

Pasaron los meses y me llamaron para continuar en el trabajo donde estaba, les di las gracias a Dios, acepte el trabajo de inmediato y agradecí también por las vacaciones pagadas. Muchos ya estaban trabajando temporalmente en varios sitios, el aumento de trabajo se estaba viendo, recuerdo la frase "Dios aprieta pero no ahorca", hoy la gran mayoría esta trabajando, nadie tiene un puesto estable pero están con un sueldo, eso es lo importante.

Nosotros hemos sido capacitados para todo, somos Peruanos con titulo a "Inmune a cualquier desastre económico", hemos aprendido a tener paciencia, que de ella podemos conseguir el objetivo y que de la fe y la perseverancia del día a día es alimentada por la esperanza a un futuro mejor, hemos aprendido a saber ingeniárnosla en tiempos donde escaseaba hasta lo mas básico, somos la generación que vivió lo peor en la historia del Perú y en mi parecer cualquier crisis económica mundial no va a poder con nosotros. No me siento orgulloso de ello para nada pero sé que el mundo y al igual que su economía cambia, estoy dispuesto a enfrentar cualquier situación porque la historia nos enseña que la vida tiene que continuar.

Un abrazo para todos
         Teru  

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