Osaka es la segunda ciudad industrial de Japón y hoy hemos llegado al principal y antiguo palacio de gobierno de su época de esplendor político y cultural. Se construyó allá por el año 1,583 y fué la sede del samurai Toyotomi Hideyoshi señala su historia.
¡Cuanta reflexión entre el pasado y el presente podriamos hacer!... Mientras en nuestro territorio sudamericano por esa época , los invasores europeos implantaban a sangre y fuego su religión castigando con la muerte a los que se resistían aceptar a un nuevo dios , aquí en Japón la vida era distinta. Por estas islas no se había producido ninguna invasión violenta de afuera, y mas bién, esta cultura continuaría floreciendo y echando raíces sin interrupción alguna en tanto se construian y diseñaban muchísimos castillos de corte político y templos religiosos que perdurarían por siempre.
Este palacio a donde hoy hemos llegado está construido en piedra, una mezcla de cal y arena en el revestimiento de sus paredes, tejas o "kawaras" en su techo y, muchísimo de finísima arquitectura.
Mientras rrecorremos su interior hoy transformado en un museo y vemos los diversos restos materiales de esa época -muchos revestidos en oro-, no podemos dejar de pensar en nuestra tierra y en esos días de la invasión violenta, cuando los invasores europeos ,por donde llegaban , destruian los templos del Imperio Inca y saqueaban y se apoderaban el oro y de la plata. La codicia como sabemos, los llevaría mas tarde a enfrentarse mutuamente hasta eliminarse.
Es bueno subrrayarlo, mientras todo eso ocurría allá en nuestra tierra , aquí en Japón se continuaban elaborando los más finísimas representaciones de sus dioses ancestrales que resguardarían por siempre, los castillos feudales como el que ahora estamos viendo. Este palacio tiene en todo su alrededor una laguna artificial que le servía como área defensiva ante la eventualidad de un ataque armado. Desde lejos, se puede apreciar en lo alto de su techo, a unos peces dorados que representan al "satchi-hoko",un pez marino misterioso para esa época ( se trataba de la ballena orca), y al que se le rendía culto catalogándolo como el guardian de los tejados.
Este pez fué representado y trabajado en metal y fue revestido en oro, y estaría apostado en posición de combate, mostrando sus filudas fauces para cumplir su misión sagrada: impedir que los malos espíritus ingresen al palacio real.
De igual modo, en su interior, está presente el tigre, considerado el guardian supremo que cuidaba al emperador. También se representa la vida de los shogunes y su ejército. Asimismo,en la entrada principal del castillo, se vé todavia a uno de esos cañones de esa época que la guardia dorada tenía preparado para la defensa militar.
Este castillo, o mejor dicho, esta joya arquitectónica, necesitó - dice su historia-, de aproximadamente un millón de rocas que fueron trabajadas y moldeadas y trasladadas desde canteras muy lejanas, tal como se hizo para edificar Machu Picchu en el Perú, o Tiawanaku en Bolivia, por citar sólo dos ejemplos en el caso de nuestra civilización andina.
Sin duda alguna hoy aquí en Osaka, al ingresar a este recinto, hemos vivido la sensación de estar por unos momentos en el siglo XVI y hemos comprendido mucho mejor la relación entre el pasado y el presente.
VALORANDO LA HISTORIA DE JAPON
La paz y la armonía que reinan por aquí, los valores morales y el respeto a la vida y a la naturaleza, tienen sus orígenes en el pasado histórico grandioso de este Japón. Su civilización antigua no sólo construyó y nos dejó muchísimas joyas arquitectónicas como esta de Osaka, sinó que la historia continua viva y no ha desaparecido dentro de la conducta individual y colectiva de los nativos de este país.
Así,dentro de este contexto y en una mirada al futuro, Japón es hoy para nosotros uno de los últimos reductos en el planeta donde podemos vivir en una tranquilidad absoluta. Japón es un baluarte , es un bastión de ejemplo de lo que debe ser la vida entre las personas.
Este país es como una gran escuela o una universidad - hemos dicho en otro lado- , a donde nosotros, desde nuestra llegada y con el transcurrir de los años, hemos ido estudiando año tras año hasta graduarnos de científicos sociales. Y una de nuestra tesis irrebatible a esgrimir cada vez que vayamos de visita a nuestra tierra, sería el de ser buenos conferencistas de lo que es este Japón de hoy. En otras palabras, hay que ser apologistas de los valores morales allí donde éstos falten. ¿Y dónde faltan? .Una sóla es la respuesta: en nuestros países sin duda alguna . Algunas vez también escribimos como ahora, de que este país necesita un segundo Leyasu Tokugawa para frenar de una vez por todas, esa inmensa lacra de males, de todo tipo, que llegan de afuera y que hoy, preocupan profundamente a los gobernantes actuales.
Y de todo esto se trata entonces , el de explicarles a nuestros hijos acerca del significado y valor histórico de estos momumentos como el que hoy día hemos visitado. A ellos hay que inculcarles los valores del respeto y amor por este país por este país que algún dia nos abrió sus puertas. ¿Acaso el futuro de ellos nuestros hijos no está aquí ?.
Hoy al terminar nuestra visita y ver a muchísimos turistas de todas partes del mundo salir asombrados de este palacio, no tuvimos mejor despedida que el encontrarnos en la salida, con una pareja de señoras japonesas elaborando a lápiz, sus dibujos de este castillo y al borde ya de oscurecer. Y cuando le solicitamos unas instantáneas para el recuerdo, accedieron muy amablemente a nuestro pedido. Cuánto más por escribir.( Kansai,Japón,14 de Diciembre,2010.
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