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viernes, 3 de diciembre de 2010

EN EL BARRIO CHINO

Por: KIMIKO.

Vivíamos en la calle Paruro, en un edificio de 3 plantas. Era enorme. La familia ocupaba 2 departamentos uno al lado del otro, cada uno con 2 dormitorios, en uno estaba la salita (ahí estaban todos mis tíos, dormitorio de mujeres y el otro de hombres) y en el otro, el comedor (en este, estábamos mis abuelos, mis padres y yo). Caminábamos una cuadra y media para llegar al restaurant. Recuerdo cada madrugada, después de cerrar el local; caminando medio dormida(sentía pánico! cucarachas en la vereda)abrazada por mi mamá, que procuraba cubrirme con su saquito de lana gris(las mujeres de comercio, usaban todas un guardapolvo celeste azulino botones al frente y dos bolsillos...era como el uniforme).Mi papá, estaba del otro lado para que no me de aire, decían...subíamos las escaleras casi a oscuras y al llegar, el abría la puerta del departamento, nos dirigíamos al dormitorio del fondo y me metían a la cama de 2 plazas (que impartíamos los tres) tapándome con cuidado hasta la mañana siguiente. La mayoría eran chinos en "la quinta"...japoneses; sólo los Koga, los Yamazaki y nosotros. Durante la etapa pre escolar, asistí a un nido cerca a la plaza Italia...recuerdo claramente que la maestra era rubia(al pomo) y bastante gorda. Dejé de asistir porque de verdad, odiaba su mal aliento, era una mezcla de leche con huevo pasado puagg!...le dije a mis padres, que era insoportable, que cada vez que me llamaba a su escritorio para enseñarme, sentía que vomitaría! mientras me enseñaba a escribir...mi mama me ama...yo amo a mi mama....tuve suerte, me escucharon, dijeron que total, faltaba poquito para entrar al colegio. Volví a ser libre! aunque por corto tiempo. Frente a nuestro local, estaba el restaurante de los Kuniyoshi, era una linda familia! contrariamente a lo que suponen, mi amiga era la mama; era un ángel, tenían 3 hijos, ligeramente mayores que yo...Elena, Carlitos y Betty (eran distintos a mí, no vagaban por los alrededores y mucho menos por el interior del mercado...siempre limpitos! Difícil ser amigos! Lo intenté, pero acabé haciendo buenas migas con su mamá)que era buena conmigo, siempre que la visitaba, me invitaba una botella de choco leche y pelaba y trozaba una piña, a la que le sacaba cuidadosamente "los ojitos” para que no me pique la lengua...decía. Murió bastante joven...Dios me permitió, disfrutar su calor....Los Koga eran una familia numerosa, Cholo, Fernando y Jaime los varones; Norma, Irma (falleció joven y fue la primera vez que vi a una persona muerta, sin vida...era muy hermosa, blanca, pálida y delgada), Carmen, Meche, Rosa y Marta, las mujeres; junto al padre y la madre...vivían en la primera planta, era un local enorme, una mezcla de casa y deposito. Recuerdo sacos de arroz, cerros de nabo (jugábamos con los nabos a hacer la guerra) también, toneles grandotes de madera que guardaban los encurtidos al estilo japonés (tsukemono) que le daban el olor característico a su casa. Jaime era mi compañero de juegos, Marta era muy pequeña y las otras chicas eran mayores. A veces, él y yo, íbamos a la tienda de sus padres (aún hoy es casa Koga) y "ayudábamos a empacar algas (kombu) entre sonrisas, decían que querían que nos casáramos porque yo era muy trabajadora! Que arreglarían con mis padres el contrato  jajaja Jaime y yo (eso ni me hacía gracia, era como mi hermano y no me gustaba como novio). Los Yamazaki, eran de otro tipo (creo que tenían una ferretería) la madre y sus hijos, 4 hermanos que estudiaban en la universidad, recuerdo al menor, a Jorge que estudiaba ingeniería...alto, altísimo de cabello enrolado y bien jalado...Todos eran altos, hombres y mujeres. Había una familia especial para mí, la de la costurera china que tenía un hijo llamado Toño (10 años aprox)...ella me confeccionó 2 vestiditos preciosos, igualitos a los de una revista(los elegí yo misma jeje) me los hizo probar varias veces con alfileres prendidos y tenía gran cuidado para no hincarme...y su hijo...Toño, era muy lindo. Aún recuerdo el día que fui damita ,se casaban tía  Teru y tío Masa...mi primer vestido blanco y largo...no logré dormir ésa noche, el vestido colgaba en la pared de mi habitación y no dejaba de contemplarlo...Ayudaba a no dormir, el “peinadito batido” que me habían hecho...mi tía era preciosa(era modelo y además, cantaba) y su vestido de novia era divino(totalmente plisado el corpiño y vaporoso de la cintura para abajo)y yo, el patito despelucado de todos los días; me había transformado por ése día, en un lindo cisne con coronita y bouquet de rosas. Pudo ser perfecto! lo arruinó, la manguita corta medio bombacha. y! me estaba muy apretado! Aunque me lo jalonee un par de veces (lo romperás!! decían) no estiró jajaja...igualmente, logré salir con "dignidad” del departamento y caminar despacito (con ésos zapatitos blancos que me apretaban tanto y llegué a detestar!) para que todos me vieran. El edificio en pleno, estaba en las barandas queriendo ver a la novia y allí, estaba el hijo de la costurera mirándome (fue la primera ventana que vi)...jajaja...ahora comprendo que él, me gustaba jajaja. Aunque mi corazoncito era de otro jajaja un joven de 20 años, nikkei, que era cliente del local y que me hacía suspirar cada vez que lo veía. Lo veía tan hermoso!! Estaba también, la señora que vendía adoquines de leche y de lúcuma (bolitas del tamaño de una uva con un palito incrustado) ésa familia, tenía el más hermoso árbol de navidad de todo el barrio, alto hasta el techo, regordete y repletito de figuras y bolas de vidrio. Era maravilloso mirarlo (cada vez que ella abría la puerta, para vender un adoquín, aprovechaba para mirarlo)...Ni el que tengo actualmente, se le compara. Era pequeña, pero recuerdo que las malas lenguas decían que la hija de la señora, hacía cosas raras (para mi, era buena...Incluso una vez, me mostró una figura de un ángel que tocaba una trompeta) Seguro era sólo envidia!! Sólo ellos tenían una sala bien puesta! y un hermosísimo árbol!! Jeje. Frente al depósito de los Koga, estaba el de un chino que preparaba tofu(a vapor y frito) ni sé cómo se las apañaban para comerciar, ninguno de los chinos, parecía hablar español.... (El vecino chino del tercer piso, decían que fumaba opio) que hablarían de nosotros...no?   Los días que precedían al año nuevo eran ajetreados, aparecían ambulantes por todas partes; vendiendo fuegos artificiales (sartas y paquetes...Incluso sueltos) y el día 31(a pesar de que en Asia es distinto el día del año nuevo) se celebraba en grande. Salía el dragón (varios chinitos le daban vida) por las calles y bailaba y se movía constantemente al compás de la banda de músicos chinos. Con bombos y platillos, ante una gran multitud asiática que bien apretadita, participaba del jolgorio. El dragón "comía" bolsas de papel con dinero dentro, alzaba la cabeza hasta el tercer piso de los edificios; para alcanzar las ventanas donde otros chinos, “tenían las bolsas de comida”. Esa noche, era casi imposible conciliar el sueño, "ellos" acostumbraban prender sartas y más sartas de cuetones !! Prrrratatatatata!!!Pprrttatatata!! Aún no me acostumbraba a pesar de no ser mi primera vez... y a la mañana siguiente, todo el barrio estaba alfombrado de papel rojo (cuetones y cuetecillos) de verdad que si! Caminabas sobre una gruesa alfombra de papel. Olía a pólvora! incluso me había quemado el dedito con la luz de bengala! decían que era para ahuyentar la mala suerte. Para una niña curiosa de 6 años, era el paraíso. El interior del mercado central, era un mundo aparte, diferente para mí. Me divertía muchísimo con mis dos grandes amigos. Salía por la puerta que daba al interior del mercado y sobre la mano derecha, ahí nomas! estaba el puesto de Gabriel (tendría unos 25 años) vendía zapatos para hombres y tenía una cajita de madera donde apoyabas los ojos y veías al gato Félix  moviéndose, sólo yo, lo veía "gratis”  porque costaba 1 sol. Gabriel era corpulento, grandote y vestía siempre de terno y corbata, era muy educado...estaba enamoradísimo de mi otra amiga, Irma. Ella era una rubia (natural) de cabello corto, delgada y de ojos claros; era dependiente del puesto que estaba a la vueltecita del de Gabriel. Era un puesto repleto de vestidos...cuando los dueños no estaban, Irma me dejaba jugar a que éramos vendedora y clienta...podía cambiarlos de lugar, subirlos y bajarlos con la larga caña, tocarlos a mi gusto...era tan divertido! llegarían a casarse?? Dios los bendiga!...el techo del mercado, estaba plagado de murciélagos y...el piso en las noches, repleto de ratas y cucarachas, de todos los tamaños. Siempre me pregunté, a donde iban todas durante el día porque, en cuanto empezaba el "movimiento” desaparecían!  Husmeaba aquí y allá...conocía a medio mundo, chinita me decían todos...Me hacían probarlo todo, quesos, embutidos, dulces, jugos y...gelatina de "pata de res” bien dulce...En el puesto de patitas...jamás tuve la certeza de si era ó no era rico para mí. Los domingos durante el verano, se estacionaba frente al restaurante, una camioneta blanca con unos bordes blanco y rojo a la altura del techo, el hombre vestía también de punta en blanco y el helado que vendía, salía por un cañito en forma ondulada...por supuesto! era blanco también jajaja. Era de pura leche...riquísimo! 1 sol  jeje parece que en ésa época, todo era 1 sol (una moneda grande dorada).  Para el mes morado (octubre), era increíble el momento en que la procesión del Señor de los milagros, pasaba por el mercado; lo podía ver a menos de 3 metros. Todos parecían querer tirar abajo las puertas (estaban a medio cerrar por miedo a la multitud) y en el interior, los hombres, hacían presión hacia afuera con mesas y sillas. Recuerdo claramente, el olor a incienso que lo invadía todo y a todos fuera, vestidos de morado; mientras allí, al fondo del mostrador, yacían un montón de monedas; grandes, doradas muy brillantes...monedas de 1 sol...de hace 50 años. Así, vivíamos los dekasegis en Lima. Ahora, estamos acá.

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