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sábado, 25 de diciembre de 2010

SOLO TU

Por: TERU
Solo tú, solo tú que conoces mi forma de sentir, mi forma de reír, hasta mi forma de llorar…..Solo tuuuuu….sabes muy bien quien soy…….
 Escuchando esta canción que de forma casual encontré en el Youtube, me hizo retroceder 15 años, cuando adolecía en todo, cuando no sabía qué rumbo tomar, cuando mis problemas eran más imaginarios que reales  y cuando el amor tocó por primera vez a las puertas de mi corazón. Escuchando este coro encarné otra vez en este joven y apuesto muchacho (no se burlen por favor, déjenme alucinar un poco, es mi historia), me vi tratando de terminar el colegio que deje a mitad de camino por viajar con toda mi familia a Japón, me vi después invirtiendo dinero en un local para hacer un Restaurante y Sangucheria. Al comienzo solo fui por unos meses a visitar a la familia y amigos, pero días antes del retorno decidí quedarme perdiendo no solo el pasaje, sino perdí también la visa del país que una vez me dio abrigo y cobijo.
Incauto, Inexperto y recién bajado del avión en tierras peruanas no me imaginaria vivir una de las más difíciles y más bellas etapas de mi vida. Recuerdo que todo me parecía de cabeza, pero genial, me era difícil adaptarme a la forma de vida, pero me encantaba y la gente me daba miedo, pero las amaba, cosa que hasta hoy me es difícil adaptarme, pienso que vivir en el Perú es experimentar el odio y el amor al mismo tiempo y opte por quedarme a estudiar el último año de secundaria y montar un negocio de comida.
En los primeros días en el salón de clases ya les caía mal a la mayoría de alumnos, porque le exigía a los profesores mas tarea para desarrollar en casa y recuerdo a uno de ellos era el profesor de matemáticas estaba más entusiasmado contando a los alumnos su vida de soltero y sus historias eróticas con alguna chica que conoció en la discoteca de su distrito que explicarnos su clase. No entendía porque la gente era tan relajada y era de que yo venía de una fábrica trabajando como robotito 12 horas de día y de noche, recuerdo que el profesor se reía de mi cuando una vez lo cuadre diciéndole que yo he venido a estudiar no a divertirme, cada vez que estaba reunido el con los alumnos en la hora del recreo y pasaba por su lado me la mandaba diciendo: “Allí viene el que ha venido a estudiar y no a divertirse”, todos comenzaban a reírse, yo me hacía de la vista gorda mientras mis amigas adolescentes me distraían contándome sus problemas amorosos y querían un consejo, por dentro pensaba: “ A quien le están pidiendo un consejo, a quien Dios mío, con el único contacto físico que he tenido ha sido con unos robots”, estaba reincorporándome otra vez en un país donde lo más importante era la vida social, nada que ver con Japón que era producir con buena calidad y tener resistencia en el trabajo por largas horas y donde tu vida a nadie le interesa solo la producción.
Al tiempo un pariente me animó para hacer en sociedad un restaurante, sin pensarlo mucho inicie este negocio que ya lo conocía por mis abuelos y mis padres, al iniciar quería que mis empleados trabajen como en Japón, que tengan disciplina y orden para todo, que el plato de presentación sea de optima calidad, que la atención sea de primera y sin olvidarme de los detalles, pero fue inútil, imposible diría, aparte de ser un muchacho de veintiún abriles, no tenía la experiencia y tampoco estaba capacitado para enseñar un curso avanzado de marketing y mucho menos transformar una persona a androide limitándolo a hablar lo necesario para que el servicio sea optimo. Era un caos total para mi forma de ver las cosas pero para otros estaba bien, muchas veces discutí con el cocinero porque sin disimulo y sin nada de vergüenza mandaba sus piropos a las lindas secretarias que trabajaban por la zona, esos comentarios no los saques de tu cabeza le decía y él me respondía: “Oye ¿Eres hombre? A las mujeres les gustan los piropos por eso siempre vienen a comer acá”, solo me quedaba encogido de hombros porque nada tenía solución, estaba en un país donde lo principal era la libertad de expresión, la vida social y una rutina un poco relajada, me di cuenta de todo una vez discutiendo con un cliente, pensé que no volvería mas y al día siguiente lo vi otra vez sentado en su mesa de costumbre, cosa de locos, en Japón jamás vería tal escena pero así suceden en Perú y gran parte de Latinoamérica, cuando le comente a un amigo Argentino me respondió:”Pero cheee ¿qué te has creído? Eso sucede todos los días en argentina, todos nos mandamos a la mierda y mirá que jodeputas que somos que no nos interesa y seguimos siendo clientes”, entendí que yo era el que tenía que cambiar y no ellos.
       Tuve que cambiar mi robotizada vida silenciosa a una vida llena expresiones, donde lo que uno siente tiene que ser hablado porque nadie es adivino para saber lo que piensas, como dice este viejo y conocido refrán: “El que no llora no mama”, Entendí que Japón así como que es una isla uno vive aislado, sin hablar mucho de nuestros pensamientos y mucho menos de nuestros sentimientos, así es esta sociedad un mundo diferente al resto del mundo, entendí muy tarde porque perdí una persona importante y especial, aprendí a expresarme demasiado tarde cuando se escapó de mis manos.
Sigo escuchando la canción: “Solo tú, solo tú que conoces mi forma de sentir, mi forma de reír hasta mi forma de llorar, solo tú, sabes a dónde voy, solo tú sabes muy bien quién soy”.... y medito. Para que una persona te conozca así como dice esta canción tienes que saber expresarte, hay de miles y miles de formas pero la más importante de todas es la comunicación, sin ella pueda ser que nada tenga sentido, sin ella puedes alejar a tus amigos y parientes, sin ella quiebras en todo y sin ella puedes perder el amor de tu vida.   
Un abrazo para todos
  Teru

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